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Hilda Saladrigas: Premio a la consagración, al compromiso, a la comunicación social y a Cuba

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La Universidad de La Habana, faro del saber y crisol de ideas, abrió hoy las puertas de su emblemática Aula Magna para un acto de trascendental significado: la entrega oficial del Premio Nacional de Comunicación Social, en su primera edición, a la Doctora en Ciencias de la Comunicación, Hilda Saladrigas Medina.

La emotiva ceremonia estuvo presidida por Marydé Fernández López, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y vicejefa de su departamento ideológico, Alfonso Noya Martínez, presidente del Instituto de Información y Comunicación Social (ICS), la vicerrectora de la UH, Dra. C. Marta Moreno, así como los vicepresidentes del ICS Jorge Legañoa Alonso y Belkys Pérez Cruz, la presidenta de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS), Rosa María Pérez Gutiérrez y la vicepresidenta primera de la UPEC, Bolivia Tamara Cruz.

Asistieron, además, otros directivos del ICS y sus entidades subordinadas, de la ACCS, la UPEC, la Facultad de Comunicación de la UH y diversas instituciones académicas, miembros de la Comisión Nacional Evaluadora que otorgó el Premio, directores de comunicación de Organismos de la Administración Central del Estado, de organizaciones mediáticas y familiares de la homenajeada.


HONORES A QUIENES LO MERECEN

En nombre de la Comisión Nacional Evaluadora del Premio, intervino su presidente, Humberto Fabián Suárez, quien recordó que con la entrega del mismo se cumple un mandato de la Ley 162/2023 “De Comunicación Social” y que se recibieron nominaciones de todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, la ACCS, la UPEC, la FCOM, la Radio y la Televisión cubanas.

“La calidad de los expedientes denotó un serio trabajo de las comisiones creadas al efecto y evidenció un importante potencial profesional en el país que es resultado de tantísimos años de estudio, excelentes prácticas y resultados que explican los avances registrados en la comunicacion social cubana que contribuyen a la formacion de una cultura comunicacional a la altura de las necesidades de un pais sometido a los embates de una guerra cultural destinada a desmontar las esencias mismas de nuestra identidad, erosionar la confianza del pueblo en la Revolución y su direccion y en ultima instancia, destruir las bases mismas de un proceso genuinamente comprometido con la defensa de la soberania, la independencia nacional, el desarrollo y bienestar de nuestro pueblo”, señaló.

Fabián Suárez agregó que nadie es profeta en su tierra pero en el caso de la Dra. Hilda Saladrigas encontramos una excepción, pues se trata del referente vivo, en Cuba, más importante de la comunicación social, aunque su obra trasciende las fronteras nacionales.

Reconoció como un imposible resumir en pocas palabras la trayectoria, la hoja de trabajo y de vida de Hilda pues “pocos han escapado a su enjundioso y apasionado discurso profesional, en las aulas de los más diversos y encumbrados centros universitarios, sin obviar su incansable defensa de nuestras disciplinas en cualquier lugar y desde cualquier tribuna que ha demandado de su experiencia y conocimientos”.

Agregó que su pasión desbordada y sus vastos conocimientos han contribuido a la formación de numerosas generaciones de comunicadores sociales cubanos y de otras latitudes, pues académicos, especialistas, directivos; alumnos todos, han encontrado en ella, no solo su maestría profesional, sino también, su decidido compromiso con la causa revolucionaria, que ha defendido y defiende en cualquier lugar donde sus compromisos profesionales internacionales lo han demandado”.


HACER COMUNICACIÓN DESDE UNA PRAXIS TRANSFORMADORA, EMANCIPADORA

Visiblemente emocionada, luego de recibir su premio y otros reconocimientos de la ACCS y la UPEC, Hilda Saladrigas dijo a los presentes: “Lo acepto más que nada por disciplina, porque estoy consciente de que lo merecen cada uno de los nominados y también cada una de las personas que me han acompañado a lo largo de mis 37 años de vida profesional».

«Me alegra sobremanera que el Instituto haya concebido este reconocimiento, pues lo veo como un premio a la academia, a la investigación legítima, la docencia y la teoría en temas de comunicación, que es la base para luego tener una práctica correcta y eficiente en todos los procesos comunicacionales», destacó.

La profesora e investigadora reflexionó entonces sobre el convulso y desafiante contexto internacional que se vive hoy, permeado de guerras injustas y mecanismos de comunicación que sobredimensiona y manipulan estos conflictos y resaltó que en Cuba estamos haciendo comunicación y en este bregar que se construye cotidianamente hay que proponernos comunicar desde una praxis transformadora, con el principio marxista y humanista como premisa y lejos de la manipulación y la falsedad. “Este debe ser el propósito y el hecho de la comunicación en nuestro país”.

De manera especial significó la crueldad contra el pueblo palestino, la peligrosidad de los ataques de Israel contra Irán hace apenas unas horas y la importancia de volver una y otra vez a referentes de dignidad, altruismo, intransigencia revolucionaria y un hacer comunicacional aún por estudiar, como Maceo y Che – a quien se rendirá homenaje por sus natalicios este 14 de junio –, Armando Hart en su aniversario 95 y Fidel, que le enseñó sobre todas las cosas a tener en cuenta la opinión del pueblo como esencia para cualquier obra de vida en la Cuba revolucionaria.

Hizo referencia, asimismo, a experiencias vividas durante su paso por los más diversos escenarios de trabajo que ha tenido dentro y fuera de Cuba. Agradeció a múltiples profesores que también desde la academia han sido imprescindibles no solo para ella, también para la comunicación social en el país.

Agradeció a sus pilares familiares y a sus amigos cercanos, sus compañeros de profesión, a las instituciones a las que ha servido y que la han acogido y a sus alumnos, de los que ha aprendido las mayores enseñanzas de vida.

Y es que el reconocimiento a la profesora Hilda Saladrigas, más que merecido, resulta necesario, urgente en los tiempos que corren, aunque ella misma ha dicho en más de una ocasión que el mejor premio es el trabajo diario y sus frutos.

Precisamente, así ha vivido sus intensos años profesionales, con la decisión de enseñar en todo el sentido de la palabra, con el inigualable don de la investigación oportuna que luego se transforma en resultados palpables y con el propósito de hacer de Cuba una nación mejor desde la comunicación eficaz, creativa, veraz y humana, como ella misma.

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