Hace 25 años Fidel ratificó la esencia de la Revolución

El Primero de mayo del año 2000, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, daba a conocer por primera vez su Concepto de Revolución frente a miles de cubanos y cubanas, durante la celebración del Día Internacional de los trabajadores.

La Plaza de la Revolución había sido siempre escenario de visionarias ideas y palabras contundentes, que desde la preclara concepcion de líder cubano, eran transmitidas y hasta consultadas con el pueblo.

Aquella ocasión no fue diferente en este sentido, pero sí marcó con profundidad la esencia de nuestro proceso revolucionario, lo vivido hasta ese momento y, sobre todo, se convirtió en una guía para la acción por venir.

La fecha escogida también guarda un simbolismo particular: Fidel, con el Concepto de Revolución marcaba la continuidad de una obra, el futuro de una nación y dejaba principios inquebrantables para su resguardo y desarrollo en manos de la fuerza más importante: el pueblo trabajador.

En aquel breve apunte, el líder histórico de la Revolución dejaba como primera idea las circunstancias y realidades que nos circundan, aquello que piensan y desean los hombres y mujeres de cada tiempo histórico, sus aspiraciones y oportunidades que, sin dudas, determinan el actuar de los individuos, sus principios y valores.

El concepto de Revolución de Fidel Castro

Palabras del Fidel el primero de mayo del 2000: «Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es

Hablaba también de lo único permanente: el cambio. Cambiar para mejorar, abandonar el inmovilismo, apropiarnos de mentalidades transformadoras que fueran capaces de llevarnos a metas cumplidas; se refería a la igualdad plena y el desarrollo de oportunidades para todos que es, en definitiva, una premisa de Libertad.

Insistió también en la necesidad de vernos como seres humanos en todo el sentido de la expresión, dígase velar por nuestras necesidades y las de los demás; de la emancipación como fuerza capaz de empoderar a cada persona, de hacerlo protagonista de su tiempo si se impone el esfuerzo y, por ende de ser el motor impulsor de una nación.

Fidel delimitó las razones por las que debíamos luchar y qué era justo y necesario defender, porque habló de preservar los valores, la ética, la moral, la dignidad — «al precio de cualquier sacrificio»–, la solidaridad, el heroísmo, la modestia. Cuando volvemos a esas ideas es inevitable pensar en Martí, el Che, Camilo, en el propio Fidel y en tantos otros que sacrificaron todo por el principio primero de Patria soberana.

Veinticinco años después de aquellas palabras que quedaron como hoja de ruta, como convicción en la construcción del futuro de nuestro país y también, por qué no, como las palabras que dice un padre a sus hijos cuando los prepara para enfrentar la vida, el Concepto de Revolución sigue siendo nítido, presente y esclarecedor.

Por eso este jueves, cuando salgamos a plazas y parques, a las calles de Cuba con el propósito de desfilar por el Día del proletariado, tendremos muchos motivos por los que recordar que » no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas» o como dijera aquel precepto martiano: “una idea justa desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”.

Los cubanos y cubanas de estos tiempos enfrentamos desafíos gigantescos, situaciones que en muchas ocasiones imposibilitan ver y actuar con claridad, necesidades que demandan soluciones que muchas veces no tenemos a mano.

Vivimos en una era dramática, feroz, convulsa, donde cuidar nuestra esencia, nuestros principios y sueños se vuelve la batalla primera. Es, sin duda, un momento donde perder el rumbo sería un error imperdonable.

Resulta entonces, más necesario que nunca, tener la certeza de que Revolución «es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo».