Palabras de la Dra. Hilda Saladrigas en la entrega del Premio Nacional de Comunicación Social

Estimados miembros de la Presidencia,

Estimados invitadas e invitados,

Amigas y amigos.

Ante todo, deseo FELICITAR a todas y todos los que fueron nominados a este PREMIO, segura de que son compañeras y compañeros de batallas infocomunicacionales en su sentido más amplio que, en estos últimos cuarenta años, más o menos, hemos tenido en nuestra Cuba y por nuestra Cuba, tan atacada, denigrada y vilipendiada sistemáticamente, expuesta a través de una lupa en todo lo que hace y dice, como casi ningún otro país.

Muchos han vivido y viven sin escrúpulo alguno de los dineros que jugosamente aporta hablar mal de quien te vio nacer, te ofreció lo necesario para vivir, crecer y formarte dignamente y a la altura de un primer mundo cuando apenas se re-produce como todos los del sur. Y eso lo ha hecho esta Revolución en Cuba durante 65 años con luces y sombras.

Llamo la atención, sobre la decisión a mi favor, que solo hice pininos prácticos de producción comunicativa allá por 1988 cuando comencé mi labor profesional en el Telecentro Tele Turquino (antiguo Tele Rebelde) en un puesto de investigadora de medios, pero quien me acogió como jefa; mi querida Yolanda Franco, me dijo que no se podían investigar los medios si estos no se conocían, y así pasé por todos los provinciales santiagueros: la prensa impresa (Periódico Sierra Maestra), la radio provincial y municipal (Radio CMKC y Radio Mambí) y casi todas las áreas creativas de la televisión. Y esto es importante porque una parte trascendental del quehacer que hoy se me evoca lo he desempeñado en la docencia e investigación; y ese reconocimiento para mi habla a favor de la conciencia en nuestros gremios de la necesaria unidad que debe existir entre la práctica de producción y gestión de la comunicación social, su enseñanza e investigación.

Todas ellas tan disímiles en técnicas, especialidades, oficios y profesiones, pero a la vez tan complementarias, tan ávidas y urgidas de la unidad en la diversidad, si ciertamente queremos y debemos HACER COMUNICACIÓN SOCIAL.

Hoy es un día de júbilo y alegría para mí, dado el reconocimiento que se me otorga, sin embargo, cierta tristeza me embarga. No se puede ser del todo feliz, con un mínimo de humanidad si están muriendo cientos de miles de niñas y niños palestinos en la franja de Gaza y zonas adyacentes del Medio Oriente por el obrar impune de un país fascista al que no frena la opinión pública internacional, la diplomacia pública, ni siquiera el lobby negociador de los ya inoperantes organismos internacionales.

No se puede ser feliz, con un mínimo de dignidad, si se están tratando como animales en caza a hermanos migrantes que han buscado vivir un sueño perfecto vendido históricamente por la maquinaria más grande de construcción simbólica del planeta: Hollywood; y que para ello han dejado la piel y hasta la vida enriqueciendo con ese esfuerzo a Estados Unidos, y apoyando a sus familiares en países que esta gran potencia ha expoliado por años, vaciándola de su fuerza de trabajo útil y contaminado sus culturas y tradiciones. Bienvenidas entonces, las protestas de los hermanos chicanos en Los Ángeles y otras ciudades que alzan su voz y sus derechos olvidados.

No se puede ser feliz, con un mínimo tranquilidad si se producen ataques arbitrarios que nos ponen al borde de una guerra nuclear como el injustificado bombardeo de Israel a Irán ayer en la noche.

Es que ya vivimos una tercera guerra mundial proxy que de continuar aniquilaría el planeta que ya grita y nos devuelve un serio cambio climático como respuesta a nuestras indolencias y desatinos.

No se puede ser feliz, con un mínimo de integridad si las guerras se justifican con mentiras, con sofisticadas formas de construcción de la realidad, aparatos de vocería serviles, medios de desinformación monopólicos en la producción y distribución de las “noticias”, que se constituyen en los únicos instrumentos de un concierto monocorde que sin darnos cuenta se hacen las únicas voces a fuerza de censura, manipulación y de una complicidad con los arquitectos de las guerras que los hacen parte de su avanzada blanda mediante propaganda tergiversadora que justifica a la vez que tergiversa todo.

Ejemplos palpables: la guerra sucia que se lleva a cabo contra Rusia desde el occidente colectivo, con punto de partida en el conflicto construido y alimentado con Ucrania; y la guerra de las sanciones económicas y de aranceles contra China, con punto de partida en la hostilidad también edificada y nutrida con Taiwán. No se puede ser feliz, con un mínimo de civismo, cuando en nuestro propio continente se alimenta la desestabilización interna y la injerencia en sus asuntos nacionales de países como Haití, Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador; o se apoyan gobiernos libertarios- fascistas muy convenientes al imperio norteamericano como El Salvador que sirve de cárcel pagada por los Estados Unidos, o Argentina que condena impunemente a una mujer líder que mucho dio y pude dar a su pueblo, pero sin servilismo.

Sin embargo, nos toca vivir este regocijo aquí y ahora. Ese que nos da fuerzas para continuar trabajando y que mejor día que este 13 de junio de 2025 cuando se cumplen 95 años del natalicio de un hombre de luces: Armando Hart Dávalos. Martiano de convicción y acción al reconocer, entre otras cosas, el estilo dialógico del Maestro para enseñar, así como su constante combate a la prensa engañifa y criminal que ya mostraba sus garras en la segunda mitad del siglo XIX. Un intelectual revolucionario para quien “Cultura y Comunicación” constituyen una síntesis integradora mediada y mediadora por la Ética. Mucho considero que se tiene que rescatar de su pensamiento en nuestras clases de Teoría de la Comunicación y Ética de la Comunicación.

Y mañana 14 de junio, día después de esta entrega, se cumplen 180 años del nacimiento de Antonio Maceo, de quien Martí diría que “tenía tanta fuerza en el brazo como en el pensamiento”, ese que nutre el habla, la comunicación, el compromiso y la acción.

Es también el cumpleaños 97 de Ernesto Guevara, nuestro querido Ché que además de escribir poemas, excelentes discursos, artículos potentes para periódicos, hacer fotografía, -crear Radio Rebelde, nuestra emblemática emisora de radio revolucionaria-, Prensa Latina, -la Agencia de Noticias que se necesitaba en América Latina para dar voz a los movimientos de liberación-, agrupó a los publicistas cubanos que al triunfo de la Revolución decidieron quedarse para poner su técnica y experiencia al servicio de las nuevas ideas y formas de hacer comunicación y propaganda; también creo las Asambleas de Producción y Servicios y el Manual del administrador para potenciar la necesaria participación de los trabajadores en la toma de decisiones productivas y de los servicios, así como la rendición de cuentas oportuna y necesaria de su labor a los administradores como servidores institucionales y públicos.

Ambos hombres y recios revolucionarios de su tiempo, cuya obra estuvo matizada por prácticas comunicativas diversas: informativas- analíticas; educativas- persuasivas; interactivas- conversacionales; reflexivas- interpretativas; cooperativas- comprometidas todas con la fuerza del ejemplo. Porque no se puede hacer Revolución, ni Política, ni Economía; ni conducir y articular hombres valientes y con criterios sin discutir, argumentar, contra- argumentar, y unir en precarias condiciones materiales, sin realizar verdaderos ejercicios de diálogo, de confrontación, de entendimiento, de discernimiento, de construcción de hegemonía entre el disenso y el consenso.

Es la comunicación social, como mediadora de la comprensión que necesita la acción unida, lo que avala su condición de pilar del Gobierno socialista cubano. Envuelve en su significación esta ceremonia el que, por estos días, particularmente el 5 de junio se cumplió el primer año de la publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba de la Ley 162 de Comunicación Social, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular el 23 de mayo de 2023, y cuya entrada en vigor se produjo el 4 de octubre de 2024.

Este ha sido un proceso importante que ha marcado un hito en la Institucionalización de las prácticas oficiosas y profesionales de la Comunicación Social en el país, denominación paraguas de todas aquellas formas expresivas de la realidad objetiva y subjetiva que no las demerita, sino que las engrandece y ensancha.

Aquí un alto para apuntar que el surgimiento y desarrollo de la comunicación social en palabras de Carlos Marx y Federico Engels en la Ideología Alemana (como lenguaje) fue junto al trabajo, la praxis que nos transformó en homo sapiens por tanto que su origen es histórico y concreto. Que muy pronto se ligó con técnicas ancestrales al ejercicio del poder comunal, participativo, cooperativo, que no de la dominación, lo que vino mucho después con las sociedades despóticas que lo estrangulan como proceso y lo asociaron a tecnologías, lo que llega a nuestros días. Y eso es lo que debemos cuidar: no dejarnos arrastrar por la imposición de prácticas, lecturas y definiciones tergiversadoras y manipuladoras sobre la comunicación social que nos llega, elaborada y refinada desde el occidente colectivo con total conciencia de ello en un gran rompecabezas como para no entender mucho, ahora sobre autopistas diseñadas para la navegación digital, para si hacer y adoptar, con el embrujo de la inmediatez, lo que se nos dice.

Ahí es muy válida la alerta de los pensadores y filósofos contra hegémonicos, fundamentalmente latinoamericanos y caribeños como Enrique Dussel y Ramón Grosfoguel que nos invitan a decolonizar el pensamiento en general, a lo que agrego es impostergable en las prácticas y estudios sobre la comunicación.

Mucho de tergiversación se puede observar en ellos, construidos a imagen y semejanza de sus sociedades, intereses y modos de ver el mundo que no tiene y ni debe ser el nuestro. Solo así podremos ser más conscientes para saber ¿Qué hacer? comunicacionalmente en Revolución proletaria como se preguntaba ingeniosamente Lenin enfrentado los ataques de la contrarrevolución rusa que no escatimaba en técnicas como la contrapropaganda periodística, radial y política.

Seremos más conscientes de las alertas que nos hacía Eduardo Galeano al referirnos “astuto enemigo, sin duda, que condena las consecuencias de sus propios actos”. Estaremos en mejores condiciones para luchar por una UTOPÍA COMUNICACIONAL “Comunicar como interacción social, praxis, transformación donde surgen los signos, o sea las palabras, imágenes, sonidos, silencios que interiorizamos mediante el pensamiento para luego devolverlos como lenguaje con significados que permiten tejer los hilos de un manto de humanidad compartida, donde ningún hilo prevalezca, porque todos sostienen la trama, con y medios, con o sin mediaciones”, pero dentro de la cultura que nos constituye y que constituimos como sujetos individuales y colectivos, como nos dijera Vigotsky.

Ahora corresponde AGRADECER porque un trabajo de más 37 años no se hace en solitario. Por eso este Premio es de muchas personas que hoy encarno. Para todas y todos ellos MUCHAS FELICIDADES donde quiera que estén: Mis padres, que me enseñaron a respetar, pero a decir lo que pensaba mirando a los ojos de las personas.A las varias familias en las que he compartido y mucho me han dado: la de mis parejas de vida, la de mis entrañables amigos, la de mis alumnos. Especiales a mis dos hijos biológicos, mis mochilas porque siempre iban y van conmigo por la vida. También a los hijos adoptivos que han estado a mi lado física y espiritualmente, en las buenas y en las malas, coincidiendo y hasta contradiciéndonos.

Sin ellos nada tendría sentido.A mis médicos que han sido muchos y todos me han cuidado sin paternalismo y me han ayudado a vivir desde los siete años con un padecimiento que no he puesto por delante para estudiar, trabajar, dirigir, vivir, tener mis hijos, y continuar.

A mis maestros desde la primaria a la universidad porque todos me enseñaron contenidos y formas de convivir con los demás, de conocer la historia para amar a mi bella Cuba. Me mostraron la universalidad del pensamiento, la reflexión, la crítica, el valor del arte y también de la cultura popular. Entre ellos incluyo aquellos que desde la Academia de la Comunicación a nivel Internacional mucho han aportado a mi formación y consolidación inacabada como investigadora.

A mis amigos por regañarme, criticarme, ser mis cómplices y consejeros, simplemente quererme. A mis compañeros de trabajo por tolerarme, sobrellevarme, apoyarme, aconsejarme, contradecirme, ignorarme y a veces, olvidarme.A mis jefes, especialmente a Yolanda Franco por mostrarme el camino con ternura; Juan Esteban por exigirme y hacerme crecer; Luis Moya por la confianza en tiempos difíciles; Fabio Fernández por la sabiduría y mesura; Julio García Luis por la ética, el humanismo y el profesionalismo que me mostró.

A la Asociación Hermano Saiz por acogerme muy joven; a la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales por ser la casa; a la Unión de Periodistas de Cuba por el cariño y el respeto. A estas organizaciones que me han enseñado que en la UNIDAD de todas y todos está la fuerza y la inteligencia que la Comunicación Social cubana tiene y que debe cultivar.

Por último, y no por ello menos importante a Fidel Castro que a los 26 años me enseñó de manera directa cara a cara, el valor que para él tenía la Opinión del Pueblo, actividad a la que dediqué cinco años de mi vida profesional en el Partido Comunista de Cuba. Y a los 40 años, en este mismo lugar, el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 5 de noviembre de 2005, me (nos) mostró cuan frágil podía ser esta gran Revolución que comenzó en 1868 (casi 160 años de lucha y mucha sangre por medio), si nosotros no sabíamos defenderla de los peligros externos e internos que la han acechado siempre. MUCHAS GRACIAS…

Entregan Premio Nacional de Comunicación Social 2025 a Hilda Saladrigas

El Premio Nacional de #ComunicaciónSocial2025 se entregó, en su primera edición, a la Doctora en Ciencias de la Comunicación, Hilda Saladrigas Medina, por la Obra de la Vida.