PALABRAS DE JOSÉ CARLOS ZARAGOZA SUÁREZ, DIRECTOR GENERAL DE LA TVC, EN EL ACTO POR EL ANIVERSARIO 75 DE LA TELEVISIÓN CUBANA
Memorial José Martí, 23 de octubre de 2025
Compañeros de la Presidencia
Queridos invitados
Estimados todos
Cuando pensaba en el reto de dirigir la palabra a quienes aún tienen muchas anécdotas que contar y han construido el día a día de la televisión en Cuba, y de manera especial los Premios Nacionales y otros profesionales aquí presentes, que han dedicado a la TV la mayor parte de sus vidas, me animaba el hecho de asumirlo como un acto de humildad, respeto, orgullo, y de compromiso.

Vivimos en una era multimedial, pero la televisión en Cuba sigue llegando con fuerza a los hogares a través de la pantalla tradicional. Frente al televisor se concentra la familia cuando hay productos audiovisuales de alta calidad que provocan el goce colectivo y convocan a todas las edades por igual.
En su artículo «La televisión: lo más importante de lo menos importante», el periodista y experto en comunicación colombiano Omar Rincón, reconoce que sin la televisión, al pensar en ella como invento humano, ya no podríamos vivir, porque es incentivo para el crecimiento personal y social; de ahí que sea el catalizador tanto de mundos individuales en los que la imaginación y el disfrute son protagonistas como de los actos más naturales (a veces hasta simbólicos) que la cotidianidad ofrece: hablamos de hechos de todos los días como hablar por teléfono, comunicarse con la pareja, comer, consentir a los niños, dormir, soñar, llorar, aburrirse, divertirse. Es que, sin dudas, la televisión con el tiempo «se convirtió en símbolo de prestigio y en el nuevo fuego en torno al cual reunirse».
Y en Cuba, a pesar de que pasamos mucho tiempo en Facebook o de que cada vez descubrimos más YouTube, aún la familia prefiere enterarse o confirmar las noticias por el Noticiero Estelar o esperar que suenen las notas del Himno Nacional a la medianoche junto a la programación de fin de año.
Eso, por solo mencionar dos momentos que nos enlazan desde la punta de Maisí hasta el cabo de San Antonio, a través de ese equipo que, por lo general, ocupa una posición privilegiada en cada hogar cubano.
Recientemente celebramos, por el aniversario 75, TV Morfosis, un evento científico para pensar la televisión del futuro y sentimos, con una de las ponencias presentadas sobre el nacimiento de la televisión en Colombia, el regocijo y el reconocimiento a los profesionales y técnicos cubanos que contribuyeron a hacerlo una realidad. Y es que, la televisión en Cuba entre las pioneras en Latinoamérica, desde los años 50 a la actualidad, aunque no ha tenido fácil el camino recorrido, no han sido pocos los compromisos que ha asumido y son inolvidables las mujeres y hombres que han hecho posible su crecimiento.

La televisión de los 50 tuvo marcado interés comercial y con el triunfo de la Revolución cubana en 1959 comenzó a transformarse, se fueron incorporando contenidos favorecedores de la formación política, educativa y cultural de la población y en ese devenir hoy contamos con una televisión pública que convoca a la participación ciudadana desde las televisoras locales en todo el país hasta los canales nacionales, o la experiencia singular de la televisión Serrana.
La televisión pública intenta transformar su gestión en multimedios y multiplataformas, y ese no es un reto menor en un panorama global donde los algoritmos pujan por imponerse, en un escenario de alta complejidad económica como el que vivimos, donde la obsolescencia tecnológica nos exige reinventar cada día nuestras dinámicas, donde las lógicas productivas se encarecen y los recursos humanos necesitan capacitación constante en un mundo que polemiza en torno a la inteligencia artificial.
Por ello, en días de celebraciones es obligado pensar no solo en el camino recorrido sino en los retos por venir. Y si queremos seguir defendiendo la televisión en Cuba deberemos trabajar para que siga pareciéndose a la vida, deberá ser tan divertida como somos los cubanos, tendrá que seguir contando historias humanas y divinas, deberá seguir abriéndose como las páginas de un libro para intercambiar saberes, deberá seguir como compañera imprescindible de la gesta revolucionaria y continuar como ventana para escuchar las voces y ver los rostros de los pueblos.

En este aniversario 75 de la Televisión Cubana, honramos su invaluable legado y a cada una de las personas que, con dedicación incansable, han tejido su historia. Que esta celebración sea un tributo sincero de respeto hacia sus artífices, un eco de orgullo por los logros alcanzados y un compromiso firme para superar los desafíos futuros. Porque en sus pantallas late el pulso de nuestra nación, y en su porvenir, la promesa de seguir enriqueciendo vidas con la pasión y humanidad que nos define como cubanos.
Agradecemos a todos los que la hacen posible cada día, y miramos con optimismo hacia un mañana donde nuestra televisión siga transformándose para inspirar y unir a generaciones enteras.
A TODOS, MUCHAS FELICIDADES


